miércoles, 24 de febrero de 2010

Los celos y las preocupaciones


"La gente no está dispuesta a renunciar a sus celos y preocupaciones, a sus resentimientos y culpabilidades, porque estas emociones negativas, con sus punzadas, les dan la sensación de estar vivos", dijo el Maestro.

Y puso este ejemplo:

Un cartero se metió con su bicicleta por un prado, a fin de atajar. A mitad de camino, un toro se fijó en él y se puso a perseguirlo. Finalmente, y después de pasar muchos apuros, el hombre consiguió ponerse a salvo.

"Casi te agarra, ¿eh?", le dijo alguien que había observado lo ocurrido.

"Sí", respondió el cartero "como todos los días".

Un minuto para el absurdo
Anthony De Mello

Y tu, ¿cuantos toros, esquivas al día?

No hay comentarios:

Publicar un comentario