jueves, 18 de febrero de 2010

Memorias corporales

"Sit mens sana in corpore sano" es una frase en latin que nos habla de la relación cuerpo y mente como una unidad y no como una división. Es decir, lo que hace bien al cuerpo también beneficia a la mente y una mejora en nuestra psique se refleja en nuestro cuerpo. De ahí que en ciertas ramas de la psicoterapia el trabajo corporal resulte de gran importancia. Y esta unidad del cuerpo-mente es la que permite hablar de memorias corporales.

Cuando somos pequeños y nuestra personalidad se va formando, hay muchos sentimientos y emociones que no podemos manejar, y para sobrevivir guardamos el recuerdo de dichos sentimientos y emociones en nuestro cuerpo. Por tanto nuestra cuerpo refleja nuestra historia. Es a través de una lectura corporal que se puede conocer la historia de un persona. Esto es relativo y cierto a la vez, es decir, a través de observar el cuerpo de una persona nos podemos dar una idea de las cosas por las que ha pasado durante su vida. Como todo una buena lectura corporal requiere un conocimiento profundo del cuerpo y de experiencia. Para mí la lectura corporal es una herramienta adicional, a la herramienta básica que es escuchar con presencia y actitud de acogida a las personas que vienen a una sesión de psicoterapia.

Así pues nuestro cuerpo es como una vasija donde guardamos recuerdos, para una vez formado el "Yo" (nuestra personalidad), poder enfrentarlos y vivirlos. Ahora, los recuerdos no se alojan en cualquier parte del cuerpo sino que, según el tipo y de sentimiento y/o emoción, este es alojado en determinada parte del cuerpo. Así podríamos decir, que muchas veces los miedos se alojan en la parte posterior de la nuca, los sentimientos relacionados con temas afectivos en la rodillas, etc.

Adicionalmente, estas emociones y/o sentimientos aparte de ser almacenados en nuestro cuerpo se convierten en una especie de armadura que creamos para protegernos. Esta armadura es muy útil cuando somos pequeños porque nos permite sobrevivir emocionalmente, sin embargo una vez llegados a la etapa adulta, esta armadura en vez de protegernos nos limita. Un buen libro respecto a este tema es "El caballero de la armadura oxidada", es sencillo y de fácil comprensión.

Para terminar solo me gustaría sugerir que la próxima vez que te duela la espalda, el cuello, los pies o las rodillas, aparte de ir al médico, no estaría mal hacer un repaso de las emociones y/o sentimientos que experimentaste antes de sentir el dolor.

un abrazo para todos.

Efraín

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